Ed Wood fue un productor, actor y director de cine famoso precisamente por ser el peor director de cine de la historia. Pese a este poco honroso título, sus películas son consideradas “de culto” y joyas del “cine B” de bajo presupuesto.
Ed Wood nació el 10 de octubre de 1924 en Nueva York, Estados Unidos. Hijo de padre cartero y madre joyera, al pequeño Ed de pequeño lo vestían de mujer ya que sus padres se decepcionaron mucho al ver que su primogénito era un hombre y no una mujer. Esta extraña costumbre traería consecuencias.
Ed se interesó desde niño por el cine, especialmente por las películas de terror y del oeste. A los 11 años de edad sus padres le regalaron una cámara de cine, lo cual inició su pasión por la industria cinematográfica, filmando varios cortometrajes donde usaba a sus amigos del barrio como actores. Era fanático de Orson Wells y su sueño era ser igual o mejor que el famoso director de Ciudadano Kane.
A los 17 años ingresó al ejército y sirvió en la Segunda Guerra Mundial. Años después confesó haber combatido vistiendo siempre ropa interior de mujer.
Ed se estableció en Hollywood en 1948, lugar en el que empezó a actuar en obras de teatro. Ese año se casó por primera vez y gastó todos sus ahorros en una obra teatral que él mismo escribió, dirigió y protagonizó. La obra fue un absoluto fracaso tanto artístico como comercial. Fue entonces cuando decidió dedicarse totalmente al cine.
Desde entonces la vida de Wood se basó en intentos de encontrar productores dispuestos a financiar sus proyectos. Tras varios intentos fallidos, rechazados por el dudoso talento de los guiones que escribía Ed, finalmente conoció a Alex Gordon, un productor “desesperado” que creyó en la palabra de Wood (quien aseguraba ser un genio capaz de lograr millones en ganancias) y aceptó trabajar con él. Gordon también ayudó a que Wood conociera a Béla Lugosi, famoso actor de películas de terror durante los años 30, recordado sobre todo por su papel de Drácula. Lugosi hace mucho tiempo que se había alejado del estrellato, ya estaba viejo y adicto a la heroína, pero Wood, quien era gran admirador de Lugosi, le insistió hasta convencerlo de participar en sus proyectos.
Bela Lugosi
Glen o Glenda, un docudrama semi-autobiográfico, fue el debut cinematográfico de Ed en 1953 y la única película no producida por el mítico director. En ella se trataba el controvertido tema del travestismo, en una época en la que este tema no estaba muy de actualidad, y donde el mismo Wood aparecía vestido de mujer (costumbre que nunca abandonó).
La crítica fue despiadada con el film, siendo catalogado por algunos productores como “la peor película jamás filmada”. Su relación con Gordon se acabó, también con su mujer, quien le pidió el divorcio debido a la obsesión enfermiza de Wood por llevar a cabo sus películas y también por su travestismo. Pero el entusiasta Wood, a pesar de que se quedó solo, siguió adelante con toda la fe puesta en filmar una segunda película que lo mandara directo al estrellato.
Luego de largos meses intentando buscar un productor, Wood decidió trabajar solo y comenzó a buscar el financiamiento para su nuevo proyecto, lo cual no le fue fácil debido a la mala fama que se había hecho con su primera película. Finalmente Wood terminó aceptando cualquier ayuda para filmar, incluso muchas veces tuvo que poner a quienes le daban dinero como actores o actrices en las películas.
Fue así como logró sacar adelante su segunda película, La novia del monstruo (Bride of the monster, 1955), que supuso la primera incursión del peculiar director en el terror, dando el papel protagonista a Béla Lugosi y secundado por el luchador sueco Tor Johnson (un luchador que tenía aspecto rudo, pero que jamás en su vida había actuado). Una vez más la película fue todo un fracaso, en lo comercial, en la crítica y en todo sentido: mal actuada, con serios problemas de coherencia, escenografía inverosímil, etc.
En 1956 muere Bela Lugosi, hecho que significó un duro golpe para Ed, el cual siguió adelante en su búsqueda de financistas para sus proyectos. Hasta que finalmente rueda en 1959 la que por muchos es considerada su peor película (o mejor, según como se mire): Plan 9 del espacio exterior.
Partiendo de las últimas escenas que rodó Lugosi en vida (apenas 5 minutos), Ed escribió el guión en menos de dos semanas y utilizó metraje sobrante en estudios de otras películas. Para terminar el papel de Lugosi contrató a un “actor” que no se parecía en NADA a él, por lo que nunca le muestran la cara directamente. Con un presupuesto ínfimo rodó una película con muchos agujeros y fallos de puesta en escena. Es célebre la escena en que Lugosi pelea con un pulpo…pero es muy notorio que el pulpo es un juguete y que es el propio actor quien mueve los tentáculos. Esta película difícilmente consiguió un distribuidor, pero como no dio beneficios fue retirada rápidamente de los teatros y salas donde se estrenó.
En 1959 estrenó la película Night of the Ghouls, la secuela de La novia del monstruo. En ella podemos ver de actor a Criswell, un vidente que predijo la muerte de John F. Kennedy. Esta película tiene momentos memorables como cadáveres que son esqueletos de plástico o la aparición de un demonio que es un hombre negro con un salacot. Tras este film se dedicó a realizar películas semipornográficas como Death of a travestite. Estas películas no fueron tan conocidas como las anteriores.
Al momento de su muerte, en 1978, debido a un ataque al corazón, Wood ya había pasado al olvido, en decadencia y absolutamente metido en el alcohol. Cuando murió pasó prácticamente desapercibido…hasta que una academia especialista en cine editó un libro en el cual se le daba el título de EL PEOR DIRECTOR DE LA HISTORIA DEL CINE. Entonces Wood comenzó a ser reconocido, a considerarse de culto y a ganar seguidores que en vida nunca tuvo.
En 1994 Tim Burton (Batman, el hombre manos de tijeras, Gran pez, etc.) estrenó la película “Ed Wood” (protagonizada por Johnny Depp), film que cuenta la historia del célebre director a quien la fama le llegó después de la muerte, y precisamente por ser el peor en lo que mejor sabía hacer…el cine.
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