9 dic 2010

TUTANKAMON – La Maldición del Faraón

Hoy en Biografías POP viajaremos en el tiempo, nos remontaremos hasta el antiguo Egipto para revivir a una de las más grandes leyendas de aquella misteriosa civilización que moró en las orillas del Nilo hace ya miles de años. Conoceremos la particular historia del mítico Faraón Tutankamón.
Famosa en el mundo entero es la “Maldición” que encierra el nombre de este faraón, pero ¿cómo y por qué se creo esta leyenda? ¿Quién fue realmente Tutankamon? Iremos desvelando estas interrogantes paso a paso. Primero contar un poco de la vida de Tutankamón, se dice que nace por el año 1346 A.C. Aún hoy se sigue discutiendo sobre su origen, no existiendo pruebas irrefutables de quienes fueron sus padres. Existen una corriente que le considera hijo de Akenatón (Amenofis o Amenhotep IV), el rey hereje; y otra hipótesis, basada en semejanzas físicas y en algunas breves inscripciones, lo supone hijo de Amenofis III (Amenhotep) y de Teie.
A los 9 años, siendo aún un niño asume el trono de Egipto y a los 10 años se casa con la hija de su madrastra. Muy poco se sabe del reinado del joven heredero, mas la razón de su nombre se debe a un cambio en el culto de los egipcios. Antes solían venerar al dios ATON y tras abolir el culto a ese dios e instaurar el culto al dios AMON, nuestro joven heredero asume el nombre de Tut Anj Amón (Imagen viva de Amón) – Recordar que para los egipcios sus Faraones eran la representación de sus dioses en la Tierra.
Tutankamón falleció cuando contaba entre 17 a 19 años, según se desprende del análisis de su momia, después de haber reinado durante 9 años. Su muerte sigue siendo una cuestión misteriosa, puesto que no puede asegurarse que fuera debida a un accidente, una enfermedad o un asesinato. Lo que está claro es que por los tiempos de su muerte Egipto se encontraba dividido entre aquellos que aún adoraban al dios Atón y los que seguían a Amón, por lo que la tesis del asesinato suena como la más probable.
El Origen de la Maldición
Durante más de 3.000 años la Tumba del Faraón permaneció oculta a los ojos de científicos e investigadores. Incluso mucho llegaron a pensar que Tutankamón nunca existió. Pero en los años 20 (en medio de un gran auge por investigar el antiguo Egipto y sus secretos) Howard Carter emprende la búsqueda de la mítica tumba con el apoyo financiero de Lord Carnavon y basado con las investigaciones previas de Theodore Monroe Davis (1837 – 1915) quién señaló que los restos del Faraón debían encontrarse en la zona denominada Valle de los Reyes.
Tras siete años de búsqueda y con el permiso del gobierno de Egipto por caducar un día 4 de noviembre de 1922 se produce el descubrimiento. Se encontró un acceso bajo la tumba de Ramsés VI el cual guiaba a una puerta al final del corredor. El día 25 de noviembre de abrió esta puerta que conducía a otra puerta, la cual tenía indicios de haber sido violada por saqueadores de tumbas. Al día siguiente Carter logró penetrar la puerta y con una vela alumbró el lugar. Lord Carnavon preguntó ansioso si podía ver algo, a lo cual Carter respondió “Sí, veo cosas maravillosas”
El hallazgo tuvo un impacto mundial, por la enorme cantidad de oro y otras joyas y piedras preciosas ocultas en la recamara del Faraón. Carter señaló que Tutankamón era probablemente el Faraón menos importante sepultado en el Valle de los Reyes debido a su corto reinado, sin embargo su tumba se encontraba prácticamente intacta, por lo que la cantidad de oro que debieron tener los Faraones más importantes es algo difícil de imaginar.
Los mitos entorno a la posible maldición que tenía esta tumba comenzaron a crecer precisamente ante este mismo hecho. ¿por qué nadie había sacado el oro de la tumba de Tutankamón siendo que está ya había sido visitada por ladrones de tumbas? También hay otro hecho importante y que guarda relación con la religión egipcia. Los faraones tenían una especie de miedo masivo y patológico a la violación de sus tumbas. La muerte en el Egipto antiguo no era símbolo de miedo o terror. Morir era liberarse y emprender el viaje al País del Infinito. Sin embargo, para que este viaje estuviera garantizado era necesario preparar a los cadáveres mediante la momificación y después ocultarlos para siempre mediante tumbas inviolables. El fracaso de estas medidas hacía que el alma del egipcio vagara eternamente sin encontrar reposo.
La tumba de Tutankamon ya había sido violada, pero sus sellos fueron restaurados ¿con qué propósito? Lo claro es que después de dicho hallazgo una seguidilla de sucesos paranormales rondaron a todo el equipo de investigación llegando incluso hasta familiares de estos. Lord Carnavon tenía un medio hermano, Audrey Herbert, que lleno de entusiasmo por el descubrimiento de su pariente y Carter se trasladó a Egipto a fin de estar presente cuando encontraran la Cripta Final. A su regreso a Londres, sin causa prevista o lógica cayó muerto en el piso de su dormitorio mientras se preparaba para tomar un baño. Carter eliminaba lo sucedido con comentarios tales como "se trata de teorías sin sentido... tonterías" Pero sus allegados decían que estaba sumamente alterado por estas muertes. Especialmente cuando su más cercano ayudante Arthur Mace siguió la misma suerte de los Carnavon. Mace fue el hombre que, con una barra de hierro rompió los últimos pedazos del sello que separaba al mundo exterior de la Cámara Real. Poco después moría de forma fulminante en el hotel que ocupaba Lord Carnavón en el Cairo. Los médicos se encontraron imposibilitados de dar una explicación científica a su repentina muerte. Pero aquí no se detenía la aparente maldición.

Rostro de Tutankamón
 Sir Douglas Reíd, el radilogista que había trabajado bajo las órdenes de Carter sacando radiografías de la momia en la tumba seguía el mismo camino. Repentinamente enfermó de cansancio y agotamiento, tuvo que regresar a Suiza, su país natal. Allí fallecía dos meses después sin causa conocida. Seguían las muertes violentas. La secretaria de Carter, Bethel, moría de un ataque al corazón. Cuando su padre se enteró de la noticia (también había estado en la Tumba) falleció al lanzarse de un séptimo piso. Un profesor canadiense, amigo de Carter recorrió la tumba pocos después del hallazgo, sólo para regresar al hotel en el Cairo y morir víctima de un ataque cerebral.
El pánico corría como las olas de viento polvoroso en el desierto. De innumerables fuentes llegaban noticias de que los trabajadores que participaran en la excavación también morían por igual ¿Sería cierto todo aquello? Pero aún faltaba lo principal, lo horrendo. La momia de Tutankamón fue lleva da a la Universidad del Cairo en Noviembre 11 de 1925. Se trataba de hacerle la autopsia bajo el escalpelo profesional del doctor Douglas Derry, una autoridad en la materia. Derry, en un silencio de muerte tomó el escalpelo y realizó una incisión directa en los vendajes exteriores de la momia. Los vendajes cayeron a ambos lados mostrando 143 pequeñísimos bolsillos. Cada uno de ellos guardando una piedra preciosa. Alrededor de su cuello estaba el "collar de la protección" según la religión egipcia y confeccionado en hierro. Los brazos estaban cubiertos con magníficos brazaletes. Siete en el derecho y seis en el izquierdo. Cada dedo de sus manos tenía un anillo de oro macizo. El abdomen estaba cubierto con capas de misteriosos objetos también de oro macizo. Todos ellos en forma de T. La cabeza estaba cubierta con una magnífica diadema de oro y separándola del afeitado cráneo (según la moda egipcia) había una malla de finísimo oro batido. Por fin todos los adminículos y ornamentos fueron separados. Los presentes dieron un suspiro de asombro.
Las facciones del Faraón Niño aparecían serenas. Casi vivas. Perfectamente conservadas. En la mejilla izquierda, casi bajo el lóbulo de la oreja tenía una depresión en el hueso. Se especuló que quizás de aquello había muerto el faraón. Una fractura en el hueso y un derrame cerebral. Sin embargo jamás se encontraron pruebas para garantizar esta teoría como válida. La voz del pueblo se entera de todo. De algún lugar surgió el rumor de que "el Faraón tenía una marca en el mismo lugar en que Lord Carnavón fue picado por el mosquito" Y esto era cierto. De allí en adelante se esperó la muerte de los asistentes a la autopsia de un momento al otro. La prensa se cebaba en ellos. Las personas en la calle los consideraban como "muertos en vida." Incluso científicos amigos se alejaban de sus alrededores.
Para 1935 la cifra total de muertos relacionados con Tutankamón sumaba veintiuno y varios recopiladores de sucesos la elevaron hasta treinta. Lo cierto, es que hasta para el más escéptico la lista más pequeña resulta impresionante. A esto se debe añadir los sucesos posteriores ocurridos en la década de los años sesenta, consiguiendo que la maldición de Tutankamón volviera a ser titular en los periódicos. Mohammed Ibrahim, en esa época director egipcio de antigüedades, intentó impedir que varias reliquias halladas en la tumba fueran a a París. Había sufrido una serie de pesadillas que anunciaban su muerte si las dejaba salir de Egipto. El gobierno le obligó a aprobar el traslado y ese mismo día murió atropellado. El doctor Ezze-din Taha, de la Universidad de El Cairo, descubrió que varios arqueólogos y personas que trabajaban con restos antiguos solían padecer infecciones en la vías respiratorias debidas a la existencia de diversos hongos. En 1962 expuso que la famosa maldición podría tener origen en estos peligrosos hongos. Al salir de la conferencia tomó su coche. En la larga carretera de El Cairo a Suez chocó frontalmente contra otro coche. La autopsia demostró que su muerte se debió a un fallo cardiaco ocurrido pocos segundos antes del accidente.
La lista de fallecidos presuntamente por esta maldición se extiende incluso hasta los años 80 donde algunos actores sufrieron misteriosos accidentes durante la grabación de “La maldición de Tut” en donde se utilizaron artefactos reales tomados de la mismísima tumba de dicho Faraón. Hasta ahora no hay una explicación clara al respecto, lo más probable es que se deba a esos extraños hongos encontrados en la tumba y que permanecieron por 3.000 años esperando a ser liberados, o quizás realmente el Joven Tutankamón esté vengando la interrupción de tu descanso eterno – Ustedes amigos lectores juzgarán sabiamente.

1 comentario:

Unknown dijo...

Yo leí en un blog, que decían que la tumba de Tutankamon viajo en el Titanic.... que por eso se undio y bla bla.... si sale esto mas arriba, no lo vi -obvio no lo leí-.
O puede que yo este confundiendo...
No se, solo quería compartir lo que sabia a medias...